Interview © Monosonoro.com 2001

von Tom Castarnado

 

MASTERS OF REALITY

LOS SEÑORES DEL ACERO DE GRUPO DE CULTO A CONVERTIRSE EN UNA FORMACIÓN PLENAMENTE ESTABLECIDA. DE SER UN PROYECTO CIRCUNSTANCIAL A ENTRAR EN LA DINÁMICA DE DISCO CADA VEINTICUATRO MESES. Y ES QUE POR ALGO SE TRATA DE LA FORMACIÓN DEL MÍTICO CHRIS GOSS. AHORA, CON “DEEP IN THE WOUNDS” (BROWNSTONE/MASTERTRAX, 01), MASTERS OF REALITY NOS PERMITEN EMBARCARNOS EN OTRO VIAJE POR SU DESÉRTICO, SUBVERSIVO Y ENIGMÁTICO MUNDO.

 

Chris Goss: “Me planteo hacer justo lo
 contrario de lo que pueda sonar en la radio,
como nadar a contracorriente.
 Ese es nuestro deseo, nuestro único deseo”

 

Hacía bastante tiempo que un personaje relacionado con la música no me intimidaba tanto, quizá desde que Frank Black se pusiese frente a mí en carne y hueso. Será porque Chris Goss desafió las leyes de la naturaleza con sus tareas de producción para Kyuss, porque cualquier tipo que sea capaz de crear un sonido como aquél debe ser tratado con mucho respeto. Estoy en la oficina de MondoSonoro, quedan dos horas de cierre: tensión, desesperación, prisas, nervios, una situación difícil. Charlo con David (Broc, por supuesto) sobre los escasos temas que tenemos en común, mientras me avisan que la entrevista con Goss se retrasará unos veinte minutos. Pasado ese tiempo, suena el teléfono. Una voz profunda vocaliza: “Hello, I´m Chris Goss”. Me pregunta qué estaba haciendo y le contesto tan frescamente que esperándole. Su respuesta no deja de sorprenderme. “Bueno, entonces, ¿estoy ante un español con ganas de matarme?”. En todo caso, entramos en materia. “Estoy totalmente de acuerdo con lo que comentas sobre que “Welcome...” era un disco mucho más experimental y que éste es más directo.

Allí éramos un ingeniero y dos músicos encerrados en una sala. En cambio, en esta ocasión estábamos en una gran mansión con las puertas abiertas a la colaboración de cualquier músico. Lo grabamos en California, en el desierto, durante seis semanas, pero las canciones fueron compuestas durante varios años. Por alguna razón, cada pieza fue pensada y escrita en un período de tiempo muy concreto. Trabajamos las melodías vocales como no lo habíamos hecho en los últimos diez años. El proceso de grabación fue ideado como en las Desert Sessions, aunque no se llevase a cabo en el mismo estudio, sino a una milla y media de allí”.

Lo de este hombre, como pueden ver, no es cruzarse de brazos y verlas venir. Es su inquietud la que consigue que cada disco de Masters Of Reality sea un pequeño acontecimiento. “El que quiera probar nuevas cosas con cada disco no es un plan. Ocurre por inercia, me planteo hacer justo lo contrario de lo que pueda sonar en la radio, como nadar contracorriente. Ese es nuestro deseo, nuestro único deseo”. Cambiando de tercio, el señor Goss nunca ha querido contar con una banda estable, con lo que su apoyo a lo largo de los años ha sido el batería John Leamy. “Sí, tiene un gusto parecido al mío. Estuvo tocando en una banda del setenta al setenta y siete. Durante ese período se dedicó a hacer jams e insistió, al llegar a California, en seguir tocando y tocando como durante sus días en New York. Le costó un poco, pero al final acabó haciendo ruido”.

El nuevo trabajo de Goss presenta una producción sobrada en excentricidades y detalles, algo que no sorprende teniendo en cuenta su carrera, pero sí que lo ha conseguido con el hermoso e inédito tratamiento que ha sabido darle a las acústicas. “Con Ginger Baker aprendí lo importante que era esa faceta, ya que él componía mucho en esa línea, además estoy más cómodo grabando acústicas que eléctricas. A veces una guitarra eléctrica puede convertir un buen tema en uno realmente malo. Me encanta pasar de lo más duro a lo más ligero, de la oscuridad a la luz. Eso es lo que realmente me gusta”.

De todos modos, si por algo recordaremos a Chris Goss en futuras enciclopedias del rock será por sus producciones para Kyuss, convirtiéndose casi en el quinto elemento de la banda. “Por supuesto que Kyuss pasarán a la historia como un grupo sin igual. Desgraciadamente aquello se desbocó porque allí había dentro había muchos egos. Cada uno de los miembros tenía una visión diferente de lo que debía ser el grupo, así que la incompatibilidad acabó con el grupo. Nuestro nuevo disco tiene mayor parecido con ´Rated R?´ de Queens Of The Stone Age, aunque menos duro. Te diría que somos bandas complementarias; somos amigos y escuchamos el mismo tipo de música, además hemos compartido a un colaborador, el grandísimo Mark Lanegan, un tipo tanto humana como musicalmente hablando excepcional”.

Lo que no le parece tan fantástico es el momento por el que está pasando el rock en los Estados Unidos. Aprecia el trabajo de compañeros de profesión como Ross Robinson o Rick Rubin, aunque no defiende el tipo de bandas que éstos eligen para producir. Su teoría al respecto está clara: lo importante es el talento del compositor, todo lo demás no es más que una forma de tapar defectos. Y eso es algo que no Masters Of Reality no necesitan.